En otoño, cuando sopla el viento, lo más seguro es que caigan hojas, y no estoy diciendo mentira alguna. Así que pensad en un panorama musical euskaldun sin Negu Gorriak y posiblemente tampoco seríais capaces de imaginaros a B.H. Se puede decir que han aprovechado el camino, pero indudablemente no han imitado el modelo a seguir. Tras un más que buen primer disco nos llega el segundo, más trabajado, más serio aún si cabe y con una diferencia evolutiva francamente abismal. Beldurraren kultura asusta, da miedo, es frío, tan frío que sus componentes parecen maquinas de hacer música. No hay feeling, no hay rock&roll, no hay, sólo al final del CD se aprecia cierto calor en temas como "Eraldaketa" y "Jakinduriaren txertaketa". En el resto del disco se me hace bastante difícil asimilar y unificar la poca originalidad de la música con las envenenadas letras llenas de odio que escupe Triku y su frialdad. Informazio pozoindua daba pie a pensar que Triku, Goar y compañía habían dado en el clavo, pero quizás este segundo disco lleve el gozo al pozo. Yo de todos modos prefiero que sigan de pie, así algun día me podrán deleitar con otro buen disco. Sé esperar.