Desde luego, Ama Say es uno de los pocos grupos vascos que ha intentado escarbar en los territorios sonoros que aquí presentan. Nos referimos a ese sonido general que impregna el disco, situable orientativamente en el afterpunk y rock siniestro (el grupo seguro lo negará). Evidentemente, ésa es sólo la primera impresión, aunque válida, de un disco que contiene bastante más.

En una entrevista, el grupo mencionaba a Pixies como influencia motivante. Efectivamente han conseguido acercarse de forma apreciable a su sonoridad y garra. Podríamos destacar también como puntos comunes esas guitarras asfixiantes, y la facilidad para pasar de la esquizofrenia sonora a la tranquila melodía. Sí, Pixiesestán patentes, peto también, y mucho, los Clash y The Cure.

La particularísima voz de Topo recuerda aún más a los Clash, y porta gamas descriptivas desde la tierna calidez hasta la desesperación del grito. Excelente trabajo el suyo, tanto en ese aspecto como en las malditas y afiladas guitarras, ora pensativas, ora lamentándose, ora despiadadas... Hay más. Los dos temas que cierran son sendos homenajes. El primero, incluso en el mensaje, bien podría ser una composición firmada por los Clash; de hecho, estábamos seguros de ello, pero la bibliografía y la falta de crédito confirma que es propia del grupo, como lo es el corte cierre, en el mejor estilo Itoiz. A pesar de parecer pausado, el disco es realmente cañero y casi cualquiera de sus cortes puede ser buen single. Especialmente logrado está el que titula el disco, "Kalean ametsak akatzen", donde con hipnótica intensidad se va dando paso a unas guitarras que lloran recorriendo el mástil, mientras la voz se condensa en grito desgarrado. Un buen disco, sin duda, que te llevará a otros parámetros musicales, bastante menos asimilados.